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¿Cuán importantes son las tapas y las botellas empleadas en los procesos de embotellamiento? ¿Y cuáles son los accidentes más comunes que pueden producirse durante las operaciones de aclarado, llenado y tapado?
El aspecto más importante cuando una botella se somete a las operaciones de llenado es conseguir mantener la bebida alejada de las posibles fuentes de contaminación.
En este sentido, además de la calidad de las plantas embotelladoras, también las tapas y las botellas son elementos necesarios para garantizar una excelente conservación del producto embotellado.
Comencemos por las botellas
En el mercado existen diferentes tipos de botellas de vidrio, diferentes por su forma, tamaño, peso y color. En términos de medidas, por ejemplo, las botellas más comunes de cerveza tienen una capacidad de 33cl. y 66cl.
Elegir la botella adecuada significa mantener las propiedades originales de la bebida. Por ejemplo, en la industria de la cerveza, las botellas de vidrio seguras son apreciadas porque garantizan un elevado nivel de protección de la cerveza. También dentro del sector del vino las botellas oscuras están muy difundidas. El vino envejece antes o se oxida con mayor rapidez en una botella transparente que en una más oscura.
El otro aspecto fundamental relativo a las botellas antes de ser utilizadas en la producción es que éstas deben lavarse cuidadosamente. Una de las tareas más importantes de un fabricante es el asegurarse que no haya impurezas que puedan contaminar el producto.
Con respecto a las tapas
También las tapas cumplen una función de muchísima importancia en las operaciones de embotellamiento.
Ésta es una de las razones por las cuales existen diferentes tipos de sistemas de tapado de las botellas.
Las botellas de vidrio pueden, por ejemplo, cerrarse con tapas corona o tapas mecánicas con cierre hermético o de clip. Más raramente y destinados a un mercado selecto, son los tapones de corcho. Por obvias razones, el precio y la facilidad de llenado, los embotelladores prefieren los primeros modelos citados.
Cualesquiera sea la tapa elegida para las operaciones de embotellamiento, es absolutamente necesario que éste garantice la estanqueidad del cierre. Cualquier imperfección, en este sentido, es un riesgo que puede comprometer el resultado final.
Mucho más complicada es la industria del vino. Los tapones tienen aún más importancia debido al famoso problema del “vino con gusto a corcho”; los productores de vino utilizan a menudo el corcho, un material que se obtiene de la corteza del roble del corcho que es un tipo de madera porosa y elástica.
Por último, recuerden que cualesquiera sea el tipo de tapa que se utilice, los tapones deben estar en perfectas condiciones para asegurar la calidad del producto embotellado.
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